viernes, 26 de enero de 2007

Laika



! Como pasa el tiempo ¡ , en las últimas dos semanas me he encontrado dos veces con el nombre de Laika. La primera ocurrió mientras ordenaba un grupo de viejos cds que acumulaban polvo en una habitación y mientras veía sus portadas pensaba que eran discos que en su momento me habían sorprendido gratamente, en pocas palabras había cambiado mi concepción de la música. Sin embargo viéndolo desde el presente ya no eran discos que asombraban, tras varias escuchas había cometido el error de agotar su carga de sorpresa y su profunda capacidad de emocionar. Creo que eso se debe en parte a la sobre oferta musical existente en la actualidad. Escuchar un nuevo disco ya no provoca esa expectativa ni aquella sensación de exploración que se desarrollaba en mí cada vez que volvía a mi casa con algún disco comprado en el persa Bío Bío. Es tanta la música que escucho hoy en día que son muy pocas las cosas que logran sorprenderme o transformar aunque sea por un rato mi percepción del momento y el espacio en el que estoy viviendo. De esos discos con efecto transformador recuerdo los de Laika, sobre todo dos de sus obras maestras; " Silver Apples of the Moon" y " Good Looking Blues". Fue justamente con este último disco que me topé el día que ordenaba mis discos, y en él si pude encontrar aun una carga de sorpresa. Llama la atención que la sarta de imitadores surgida en el último tiempo aun no realice operaciones de carroña musical sobre la obra de Laika. Quizás es porque a pesar de ser un grupo que recibió buenas críticas, no alcanzó a vivir la explosión de medios de prensa musical, medios que si bien tienen buenas intenciones siempre caen en el acto de elevar a los grupos a categorías estratosféricas o bien a apalearlos y escupirlos mientras están en el piso. Otra cosa que se me ocurre es que no fueron sobremediatizados debido a las características de su música, una música algo camuflada, que sólo intenta cruzar la frontera sin que revisen minuciosamente sus papeles. Así quizás sea, por eso no poseen un hit, y por eso fueron creadores de esos albumes que son para escuchar completos (algo difícil de encontrar en la actualidad, salvo contadas excepciones) y crear por alrededor de una hora un mundo con colores, sonidos, y sabores distintos.
La segunda vez que me encontré con su nombre fue cuando escuché esta canción, que es espero pueda invitar a escuchar el resto.

miércoles, 24 de enero de 2007

A proposito de Silvio Rodriguez


No tengo nada en contra de este cantante cubano, solo a que a diferencia de muchos, no le encuentro esa gracia que lo ha convertido en uno de los seres más mentados en peñas y fogatas, con imitadores de gran calidad que inducen a sus acompañantes a transformarse en coristas al estilo de los Ewoks. Ahhh Silvio (como te dicen tus miles de amigos) si supieras de la mala publicidad que algunos te hacen al invocarte con guitarra de palo y aura de estrella lila para las chicas. Yo al menos si supiese que con mi música aguan el vino de una fiesta dotando cada nota con un poco de solemnidad llorona, sentiría alguna dificultad para salir a la calle o para seguir cantando, incluso podría llegar al punto de renegar de mi música y confesar de que fue compuesta inspirándose en la zoofilia para acabar de una vez con tanto rito de imitación donde se estrujan estomago y garganta para emular al gorrión cubano.

Es posible que a muchos les parezca que mis comentarios son algo malintencionados, pero debo confesar de que estos comentarios sólo son fruto de varias experiencias traumáticas. Me ha tocado asistir a algunas reuniones sociales, fiestas y campings que iban de lo mejor hasta que algún mesías de la guitarra se ofrecía para deleitar a los presentes con alguna canción, nada mal la verdad, el problema era cuando comenzaba el rito del unicornio azul, la audiencia se dividía entre aquellos que demostraban gozo absoluto, y los que hacíamos muecas de desaprobación. Ese es el punto en donde se mata toda comunicación y se desinflan los aires bohemios. Es el momento cuando me sacan los choros del canasto y me arruinan la noche....

No es nada en contra tuyo Silvio, solo creo que tus aprendices no aprenden mucho a la distancia, y hacen que los pocos elementos rescatables de tu música se escondan mucho más... hasta el punto que practicamente no los logro ubicar.


Mejor probar un caramelo ranchero, para que nisiquiera se sospeche de amargas intenciones.



jueves, 18 de enero de 2007

Los últimos tesoros de África

















Nunca antes había puesto atención a la música africana. Recién el año 2006 luego de haber escuchado a Amadou & Mariam, un matrimonio de músicos ciegos que adquirió cierta fama mundial gracias a un gran disco producido y promocionado por Manu chao, pude captar los principales rasgos sonoros de una tierra explotada hasta no dar más. Es así como luego le dí algunas escuchas al legado musical de la familia Kuti, al blues de savana que construye el gran Alí Farka Touré, a Manu Dibango, a la orchestra Baobab , y etc etc.

Me llama particularmente la atención de como ese lamento anónimo pero compartido por todos se cuela hasta en las canciones más alegres de la negrura africana. Al igual que todos esos susurros de tristeza, que parecen traer escondida una diminuta dosis de esperanza, a pesar de que la fotografía en donde nace está musica no sea muy alentadora. Lo más probable es que este que parece ser el último tesoro africano me vaya provocando un mayor número y diversidad de sensaciones a medida que me adentro en una de las pocas vías de escape a la miseria y desesperanza que han instalado las potencias occidentales en la tierra madre de las culturas y civilizaciones. Esta es música de una tierra que cría cuervos, y que a pesar de que le arranquen los ojos, sigue silvando melodías tiernas, humildes y honestas.